Esta perrita toma de escondida el coche de su padre que la pilla de vuelta de la fiesta, un poco borracha. Quiere darle una punición que no va a olvidar y le azota a sus jovenes nalgas prietas. Ella se excita y el padre decide de cambiar castigo azotandole a las tetazas y metendole la polla en boca pujando hasta la garganta en un intenso oral profundo. La posee a pelo contra el coche acabandole con una rica corrida en la cara.