Al encontrar a una pareja con el carro sin gasolina en medio de la calle, este buen samaritano se ofrece a llevar a la pareja del dueño del carro a buscar gasolina. La novia, furiosa por el descuido de su novio, aprovecha la oportunidad para llenar su conchita con la leche del extraño que llegó a ayudarles