Un diminuto traje de baño no son obstáculo para que esta rubia sea follada como nunca lo ha sido en su vida. Vos veloces dedos de su amante restregan ese coñito a una velocidad incansable que hace que se comience a mojarlo tanto como las olas del mar. La arena no es problema cuando llega el momento de romperle el culito deliciosamente a la orilla del mar.